sábado, 29 de abril de 2017

‘Si vis bellum, parabellum’

JAVIER ORCAJADA BILBAO

El general prusiano Carl von Clausewitz en su extensa obra literaria Vom Kriege, describe las características del buen militar. Explica que los conocimientos exigidos son profundos y diversos, pues son materias como matemáticas, geometría, física y otras ciencias. Pero, además, deben dominar las humanidades, historia de los países principales, redactar con fluidez, precisión y elegancia; dominar la retórica y poseer una amplia formación sociológica y filosófica. En el terreno de las facultades físicas se les exige tener una capacidad y resistencia excepcional para soportar sacrificios. Pero es en el aspecto psicológico en el que el militar debe ser superior a los civiles, pues tienen que cultivar virtudes como el valor, la solidaridad, la generosidad y la disposición sin límites ente el dolor; incluso sentirse feliz ante el peligro y dar la vida por la patria. Respecto al valor, lo define como el distintivo respecto a los civiles: estos son insolidarios y sujetos a precio. Según Clausewitz es la capacidad de dominar el miedo, que el soldado aprende a racionalizarlo, ya que el valiente nato tiene muchos rasgos de irracionalidad y son los que hacen perder las guerras. Junto al valor, la virtud complementaria es la decisión: está sobre los sentimientos, pues no tomarlas, por graves y arriesgadas que sean, llevan a la derrota. Ante tantas virtudes que les hacen seres superiores a los débiles civiles, habría que ir de la retórica a la realidad. Alardean de aceptar la muerte como lema de su misión, aunque en conflicto, son los civiles los que van al frente y los que caen, no los de carrera, que están en la retaguardia con sus mapas, estrategias bajo normas tradicionales de guerra, pues sus jefes han estudiado las mismas ciencias militares. Es un axioma que las guerras las ganan los que más invierten en armamento y soldadesca, pues las estrategias son juegos teóricos que se enseñan en las academias militares, impracticables en la realidad.