jueves, 28 de noviembre de 2013

LA MODERNIDAD EN BILBAO


MODERNIDAD, ESNOBISMO, CURSILERÍA 

No se si es normal pero lo de ir a orinar, mear, etc. en los servicios de los bares, pubs, restaurantes, y asimilados, ahora también panaderías, jamonerías etc. de Bilbao se esta convirtiendo en una hazaña intelectual, así como una competición, el que pierde se mea encima, no  se si me explico. 

Resulta que lo habitual es que los viernes, sábados lo normal es inflarse a tomar cervezas, vinos u otras mezclas  por las zonas de poteo de Bilbao, esto nos lleva por imperativo al acoso vegigal  y a  la  necesidad fisiológica de visitar incontables ocasiones los servicios de los establecimientos por los que rondamos, hasta ahí esto es  lo normal de la historia.

La odisea comienza cuando llegamos a la puerta del servicio, si es que antes no te has meado encima, y dentro de las probabilidades es que te encuentres un pequeño tumulto , en un lado o en otro, pero la búsqueda del santo Grial comienza cuando en la puerta aparece una figura que determina  a que servicio tenemos que ir si es de señoras o es de caballeros, nos podemos encontrar con un pictograma, inscripción, cirílico etc, y si el local es irlandés en gaélico, que activa todas nuestras neuronas, incluso las de reserva para analizar, interpretar, descifrar y por fin   comprender y entender a cual de los dos servicios debemos de entrar.

Claro esta que en ocasiones nuestro sistema de interpretación-traducción nos falla, posiblemente por el efecto nocivo de los componentes de la orina,no del alcohol que afectan directamente al traductor simultaneo mental, y en ese caso, ante tal emergencia entramos en el primer WC a nuestro alcance jugandonos a una carta la posibilidad de acertar o equivocarte, al cincuenta por ciento,  y de repente te percatas que te has equivocado y entonces acabas muerto por unas miradas  con aspecto de tenedor y exclamas algún párrafo de justificación médica, saliendo por piernas evidentemente.

Es curioso, las mujeres en los susodichos pictogramas  siempre aparecen con falda. 
Y lo más de lo más es que al parecer hay una competición en la hostelería de nueva apertura para determinar quien es el más imbécil a la hora de pintar las puertas de los servicios. 

A L G U N O S        E J E M P L O S








   






     















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