jueves, 26 de septiembre de 2013

LA CONFERENCIA EPISCOPAL

Contra la Iglesia golpista



El día 9 de octubre, en la Catedral de la Almudena de Madrid, la Conferencia Episcopal va a celebrar una ceremonia de beatificación de 522 curas muertos en la Guerra Civil, a los que llama “Los mártires del siglo XX en España” y a la que ha invitado a la Casa Real.
Esta beatificación masiva atenta contra la dignidad de todos aquellos y aquellas que lucharon contra el fascismo, cayeron asesinados por la feroz persecución política e ideológica de la dictadura franquista y de los que decenas de miles, aún yacen en las cunetas y en las fosas comunes.
Rechazar esta beatificación masiva porque el Estado español ha construido, sobre la farsa de la Transición democrática, un muro de impunidad que pretende obligarnos a olvidar los crímenes de la dictadura fascista franquista. Dictadura a la que la Iglesia dio soporte explícito y con la que colaboró de forma decisiva desde los primeros momentos del Golpe de Estado.
Esta beatificación, que culminará el 13 de octubre en Tarragona – y frente a la que se han convocado movilizaciones unitarias de numerosas organizaciones de la izquierda catalana – se ha hecho coincidir con las celebraciones del “Día de la Hispanidad”.
En esta fecha, los pueblos del Estado español y los de América Latina, no tenemos nada que celebrar. Es el símbolo del imperialismo español que arrasó, con la cruz y la espada, a los pueblos latinoamericanos, mientras se mantenía sojuzgados y en la miseria a los pueblos del Estado español.
Esta beatificación masiva pretende ser una demostración de fuerza de la Conferencia Episcopal, en un momento en que la Iglesia lleva a cabo una ofensiva brutal contra los derechos fundamentales de las mujeres y personas homosexuales para negarles el derecho a decidir sobre sus cuerpos y sobre su sexualidad.
Denunciar el indigno papel de una Iglesia que en momentos de una crisis del capitalismo, que las clases dominantes descargan ferozmente contra millones de personas, contribuye a silenciar o a criminalizar las revueltas populares, con una farsa de solidaridad dirigida a mantener a quienes detentan el poder y la riqueza.
Al igual que reivindicamos la expropiación de la riqueza regalada a los bancos, después de habérsela robado al pueblo, exigir el final de los privilegios de la Iglesia, que no paga el IBI, y la expropiación de la multitud de propiedades que ostenta en forma de edificios, centro sanitarios, educativos, ..etc.
Exigimos la denuncia del Concordato con la Santa Sede, la total separación de la Iglesia del Estado y que la educación pública sea completamente laica.

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