LA CORONA Y LOS BUITRES

LA CORONA VE CON PREOCUPACIÓN A LOS BUITRES QUE SIGUEN A SU MAJESTAD A TODAS PARTES.

Tras una temporada de convalecencia, el Rey ha retomado esta semana su agenda y sus compromisos profesionales reuniéndose con generales del Ejército y asistiendo a la ceremonia de apertura del Año Judicial. Sin embargo, los dos buitres que persiguen a Su Majestad no son vistos con buenos ojos ni por la Casa Real ni por el Gobierno.

En una de las cuatro audiencias que tuvo lugar el pasado jueves, el Rey llegó a tropezar con uno de los buitres que se acercó a picotearle los pies. Afortunadamente, logró sobreponerse gracias a los reflejos de los generales que le acompañaban, que espantaron a los pájaros. Éstos solo se apartaron unos metros para volver a acercarse al monarca lentamente.

“No sabemos a qué es debido este extraño fenómeno”, explica un portavoz de la Casa Real, asegurando que se desconoce la procedencia de los buitres. “No conseguimos quitárselos de encima y, si logramos echarlos de la habitación, se quedan en la ventana mirando a don Juan Carlos fijamente”.

Tal y como ha podido saber la prensa, el pasado lunes se autorizó finalmente una operación del Ejército para neutralizar las aves. No obstante, otras nuevas no tardaron en hacer acto de presencia. Ayer, a última hora de la tarde, el monarca se ofreció a ir derribándolas él mismo con su rifle de caza, aunque esta solución le ha sido desaconsejada “por cuestiones de imagen”.

Por ahora, tal y como pudo comprobarse en su audiencia con el ministro de Asuntos Exteriores de Portugal del pasado jueves, el Rey ya no se molesta en espantar a los buitres con las muletas sino que trata de normalizar la situación con buen humor y presenta las aves a los mandatarios.

A última hora de la mañana de hoy, fuentes de la Casa Real han informado que Su Majestad se ha acercado a oler un ramo de flores frescas y, al instante, éstas han caído al suelo completamente secas.