miércoles, 12 de junio de 2013

DICCIONARIO DEL DIABLO (I)

EL DICCIONARIO DEL DIABLO  (1)

Amnistía. Magnanimidad del Estado para con aquellos delincuentes los que costaría demasiado castigar.

Australia. País situado en los Mares del Sur, cuyo desarrollo industrial y comercial, se ha visto increíblemente demorado por la funesta disputa entre geógrafos sobre si es un continente o una isla

Baco. Cómoda deidad inventada por los antiguos como excusa para emborracharse. También en idioma andaluz vasco.

Cañón. Instrumento utilizado en la rectificación de las fronteras.

Cínico. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. Los escitas acostumbran arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la visión.

Cobarde. Dícese del que en una emergencia peligrosa piensa con las piernas.

Col. Legumbre familiar comestible, similar en tamaño e inteligencia a la cabeza de un hombre. La col deriva su nombre del príncipe Colius, que al subir al trono nombró por decreto un Supremo Consejo Imperial formado por los ministros del gabinete anterior y por las coles del jardín real. Cada vez que una medida política de su Majestad fracasaba rotundamente, se anunciaba con toda solemnidad que varios miembros del supremo Consejo habían sido decapitados, y con esto se acallaban las murmuraciones de los súbditos.

Comercio. Especie de transacción en que A roba a B los bienes de C, y en compensación B sustrae del bolsillo de D dinero perteneciente a E.

Comestible. Dícese de lo que es  bueno para comer, y fácil de digerir, como un gusano para un sapo, un sapo para una víbora, una víbora para un cerdo, un cerdo para un hombre, y un hombre para un gusano.

Conocido. Persona a quien conocemos lo bastante para pedirle dinero prestado, pero no lo suficiente para prestarle. Grado de amistad que llamamos superficial cuando su objeto es pobre y oscuro, e intimo cuando es rico y famoso.

Dentista. Prestidigitador que nos pone  una clase de metal en la boca y nos saca otra clase de metal del bolsillo.

Día. Periodo de veinticuatro horas en su mayor parte desperdiciado. Se divide en día propiamente dicho y la noche o día impropiamente dicho; el primero se consagra a los pecados financieros y la segunda a los otros pecados. Estos dos clases de actividad social se complementan.

Egoísta. Persona de mal gusto, que se interesa mas en si mismo que en mi.

Elector. El que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.





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