sábado, 13 de julio de 2013

UGT Y SUS SINDICALISTAS

STEE-EILAS acusa a un miembro de UGT de denunciar a Goirizelaia "por venganza"


El rector abrió un expediente por acoso contra el sindicalista que ha denunciado el adelanto de la extra

Un sindicalista, un destacado miembro de UGT en la UPV/EHU es quien ha denunciado al rector por adelantar la paga extra de diciembre para paliar los efectos del Decreto 20/2012 del Gobierno Rajoy que suprimía esa nómina a los funcionarios. Tras esta aparente incoherencia se esconde, según STEE-EILAS, "la venganza personal" y la "habitual inquina" de este delegado sindical contra Iñaki Goirizelaia porque la universidad incoó hace algún tiempo un expediente contra él por acoso. Extremo que este periódico ha podido confirmar.
En una nota interna, el sindicato de la enseñanza recuerda que "el rector abrió un expediente contra este destacado sindicalista de UGT por un incidente que calificaríamos de casposo, si no fuera por la gravedad que tuvo al estar relacionado con el acoso por razones de género". Un expediente, prosigue la circular, tras el cual "quedó probado" el acoso.
ORIGEN
La Universidad del País Vasco ha abierto un expediente disciplinario a un miembro de UGT acusado por una directiva del área de Gerencia de hacerle un regalo «humillante y ofensivo». El sindicalista defiende que le entregó unos bombones con motivo de su cumpleaños y que la denuncia responde a una «venganza», mientras que la vicegerente afectada asegura que en la caja había «productos de utilización sexual».
El incidente quizás no hubiese trascendido a no ser por que las centrales STEE-EILAS y LAB, al recibir la información del Rectorado sobre la acusación contra el miembro de UGT –como dictan los estatutos–, publicaron una nota en la que precisaban detalles del expediente, en concreto que la acusación era por «hacer un regalo de contenido sexual». Colgaron el comunicado en su web y en los tablones de anuncios de la Universidad y enviaron correos electrónicos a todos los trabajadores. La nota permaneció expuesta al público durante cuatro días, hasta que el Rectorado ordenó su retirada por tratarse de una información confidencial que no debía haber salido a la luz.
Desde entonces la caja y su misterioso contenido han desatado toda clase de especulaciones en la comunidad universitaria. Las versiones que circulan por los pasillos y por las redes sociales sobre lo que había en su interior suben de tono por momentos: se ha llegado a hablar de lubricante, consoladores, aceite para masajes, bombones en forma de pene... Sin embargo, la afectada no indica en su denuncia qué había en el paquete.
La escena que ha acabado en expediente disciplinario se produjo en 2011. El miembro de UGT acudió al despacho de la vicegerente con un regalo por su cumpleaños. El acusado sostiene que le entregó una caja de bombones y que ella la abrió. Charlaron durante cinco minutos y después se fueron juntos a tomar un café a una máquina cercana. La responsable universitaria ofrece una versión diferente. Sostiene que el sindicalista le dejó el regalo encima de la mesa y se fue tras hacer un comentario ofensivo: ‘si no los usas tú que los use... (y daba el nombre de otra directiva)’.
Al abrir la caja a solas en el despacho y ver su contenido sufrió un fuerte impacto y la guardó en un armario. Poco después acudió a la reunión que tenía con los representantes sindicales sobre la negociación colectiva. En el camino se cruzó con el acusado y tomó un café con él. Tras acabar la reunión, un compañero le notó que no estaba bien y le preguntó qué le ocurría. Entonces ella, según su versión, le mostró el regalo.
Unos días más tarde, la denunciante, que es responsable del área de la Mujer en el PNV, enseñó la caja al gerente, quien decidió comunicar los hechos por escrito al rector en marzo. En esa carta, detallaba que el sindicalista le regaló «productos de utilización sexual». La afectada presentó una denuncia una semana después. El Rectorado abrió el expediente disciplinario el pasado en marzo. Una profesora de Derecho ha sido nombrada instructora y ya se ha tomado declaración a varios testigos: un vicerrector, dos trabajadores, una técnico y una vicegerente.
«Miserable y mentiroso»
A medida que avanza la investigación el enredo se hace mayor y lleva camino de convertirse en un culebrón. La instructora ha llamado a declarar a dos empleados que tienen su mesa a la puerta del despacho de la afectada. En sus testimonios corroboraron que el sindicalista llevaba un paquete blanco y que, tras permanecer cinco minutos en el interior del despacho, salió con la vicegerente charlando y se fueron juntos a tomar un café. Otros testigos, un vicerrector y una directiva, que coincidieron en la máquina de café con los implicados esa mañana, han apoyado la versión de que el regalo era de contenido sexual.
La afectada ha escrito cartas con su queja a los responsables de UGT. En las misivas acusa de «miserable y mentiroso» y «acosador laboral» al sindicalista, del que dice que le da «asco». También afirma sentirse «humillada y vejada».
Hay muchas incógnitas abiertas. El escándalo ha coincidido en el tiempo con un enfrentamiento entre los responsables de Personal que negocian el convenio colectivo –entre los que se encuentra la denunciante– y los sindicalistas, uno de los cuales es el acusado. Pocos días antes de la denuncia las conversaciones estaban rotas y UGT publicó un comunicado en el que lanzaba duras acusaciones a la responsable universitaria. Le atacaba por su «incompetencia» para alcanzar acuerdos con las centrales. En esos mismas días cesaron a dos cargos de la Gerencia.
Fuentes cercanas a UGT apuntan que el expediente disciplinario responde a una «venganza» por los ataques a la vicegerente durante la negociación del convenio. También sostienen que en el trato que han dado al denunciado ha influido que UGT «no ha respaldado a los dos últimos equipos de gobierno» de la UPV.
Los responsables universitarios se limitaron ayer a hacer una escueta declaración: «Las actuaciones que tienen lugar en el ámbito de materia disciplinaria han de realizarse siempre con las garantías de derecho para las partes implicadas, tanto para la parte que padece la conducta denunciada como para la parte expedientada». La caja está custodiada, como prueba, en la secretaría general de la UPV.

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