La duquesa de Alba podría ser de látex y nitrógeno.
La policía cree que utiliza ventrílocuos mediocres para expresarse
La duquesa de Alba, cuyo nombre completo es María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay, podría perder su naturaleza humana si se comprueba finalmente que su composición de látex, nitrógeno y otras ochenta y nueve sustancias reafirmantes, como el serrín, aluminio o la piedra pómez, superasen el 99,99 % de su organismo.
El escándalo surgió hace una semana en un conocido restaurante madrileño, donde se vio a la duquesa y su esposo, Alfonso Díez, cenando en su mesa habitual. Al parecer, uno de los testigos asegura que Cayetana pronunció la palabra otorrinolaringólogo con los mismos movimientos de labios que se utilizan para decir “hostia” mientras se zampaba al mismo tiempo el interior de un centollo y media copa de Château Lafite de 1996. Sin embargo, el testigo afirma que su esposo no dejó de mover la boca durante toda la cena y sólo dijo una vez “tía buena”, en relación a la duquesa.
La denuncia hace pensar ahora que pudieran haber otros ventrílocuos implicados en la trama, como sus propios hijos, su chófer, e incluso la familia real, incluyendo a Urdangarín, y también explicaría el hecho de que la duquesa nunca haya sido entrevistada sola.
Jose Luis Moreno, el popular empresario y ventrílocuo, podría ser interrogado en las próximas horas por su posible imputación como asesor. Pero, al margen de las posibles repercusiones legales que pudiera tener su transformación oficial de persona humana a figura de látex, la sección de artificieros de la policía nacional ha alertado del peligro de una posible deflagración, en el caso, poco probable pero existente, de que la duquesa diera un saltito de más de quince centímetros y cayese sobre una superficie firme. “La mezcla de algunas de las sustancias reafirmantes que porta Cayetana, como el cesio 235 o el fósforo, junto con el nitrógeno y el gas butano que se inyectó en los lóbulos de las orejas, podrían provocar una explosión capaz de abrir un cráter del tamaño de la provincia de Ontario, en Canadá.
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