COMIENZA LA SUPERLIGA

Rajoy ordena lanzar 20 millones de balones sobre la población

Todas las pelotas estarán homologadas por la FIFA

En cuanto el viento acabe de disipar el humo procedente de Gibraltar, que los turbosopladores helicoidales del Gobierno han estado empujando durante la última semana sobre la península, aviones Hércules del ejército del Aire despegarán al unísono desde la base aérea de Zaragoza con más de veinte millones de balones de fútbol para ser arrojados desde cuatro mil pies de altura sobre todas las comunidades autónomas.

Los balones, homologados por la FIFA, llegarán al suelo perfectamente hinchados y listos para jugar.

Aunque las pelotas de fútbol caerán desde los aviones a una velocidad formidable, el Gobierno asegura que no hay peligro alguno para la población y garantiza que incluso los ciudadanos más hábiles podrán meter un gol de cabeza directamente, sin dejar que el balón tome tierra.

Para facilitar el juego, el ministerio del Interior ha ordenado que todos los espacios con tamaño suficiente para que puedan jugar al menos dos contrincantes, sean considerados, a partir de ahora, campos de fútbol reglamentarios, sin importar sus medidas ni la existencia de césped. Únicamente quedarán exentos de esta calificación los ascensores de urgencia de los hospitales, los quirófanos durante el momento de la sutura y las plazas de toros.

La policía aconseja no pasear por la vía pública llevando en las manos un plato de espaguetis bolognesa o un jarrón de la primera dinastía Ming durante la caída de los balones. Pinchar una pelota o negarse a recogerla podrá ser tipificado como delito en la ley antiterrorista. Chutar mientras se duda de la honestidad de Rajoy no será punible pero sí reprobable.